Jugando con las pensiones
Cuando hice un estudio del Sistema de Pensiones Peruano para el CIES en el 2008 pude ver que la concentración de la riqueza de pensiones, es decir nuestros balances en las cuentas que mantenemos en las AFP, era muy alta. El 10% de los afiliados con los ahorros más grandes poseía el 65% del fondo total de pensiones. La desigualdad de ingresos en el mercado laboral explica parcialmente estas diferencias, pero es también la forma de acumulación de fondos lo que las exacerba. Es decir, las personas de más altos ingresos no solo ganan más que el resto, sino que también pasan más tiempo de sus vidas empleadas y en trabajos formales que pagan mejor y por tanto capitalizan más recursos por más tiempo.
De forma similar al coeficiente de gini para los ingresos laborales, es posible calcular uno para la riqueza pensionaria (los ahorros en las AFP). Mientras en el país el gini para los salarios está alrededor del 50%, el gini para la riqueza pensionaria se ubicó aproximadamente en 79% con datos de diciembre del 2006. Un gini de 0% significa que todo el ingreso del país está repartido en partes iguales entre todas las personas, y uno de 100% significa que solo una persona posee todos los ingresos. Naturalmente, estos son casos extremos, pero nos dan una idea para situar la alta desigualdad de salarios y de riqueza pensionaria en nuestro país.
Viendo cómo va la tendencia del aumento del número de personas que quieren quedarse en el esquema de comisión actual por flujo (342,182 al 19-marzo) es muy probable que esta se ubique al menos en 500 mil afiliados hasta la fecha límite oficial (31-marzo). Esto significa que un 10% del total de afiliados podría elegir quedarse en la comisión actual. Si aceptamos que las personas que deciden hacer el trámite para quedarse en la actual comisión son las más informadas, con mayores niveles de educación general y financiera, y por tanto con mayores ingresos y riqueza, entonces creo que estamos en problemas. ¿Porqué? porque solo una fracción menor del fondo total de pensiones será gravado con la nueva comisión por saldo, y por tanto el repetido argumento de que la nueva comisión busca alinear intereses entre el afiliado y la AFP no tiene valor.
Los más probable es que la concentración de la riqueza pensionaria del 2006 haya aumentado hasta el día de hoy por el efecto de la capitalización. Pero imaginemos que se mantuvo tal cual, es decir, el 10% más rico posee el 65% de todo el fondo. Entonces, la famosa alineación de incentivos no va a ocurrir con ese 35% de fondo gravado con la nueva comisión por saldo. Además, lamentablemente, en ese 35% del fondo estarán las personas de más bajos ingresos y con menor capacidad de acumulación y mas periodos en el desempleo y trabajos informales (y además las que ni se enteraron de la reforma!). Ese fondo no va a crecer suficientemente. Y lo que es peor, los ahorros de los afiliados que forman parte de ese fondo se irán mermando con el cobro de las comisiones durante los periodos de desempleo, que son más frecuentes para esos afiliados.
Lo que logra esta regulación absurda de dos esquemas de comisión en el Sistema Privado de Pensiones (SPP) es separar a los afiliados más ricos y con mayor capacidad de contribución de los más pobres, menos informados y con menos capacidad de contribución y empleabilidad. Es decir, los mecanismos de solidaridad en el SPP se rompen más.