Según la nueva tabla propuesta por la SBS, se esperaría que un jubilado hombre de 65 años del Sistema Privado de Pensiones (SPP) viva en promedio hasta los 87 años, mientras que una mujer lo haría hasta los 90. Esto es una mejora en la esperanza de vida de 3 años más en cada caso con respecto a las anteriores tablas de vida usadas en el SPP. La mayor longevidad de las personas y la reducción de la mortalidad de niños es uno de los mayores avances en la humanidad, y es en general, motivo de celebración mundial. Sin embargo, en Perú hay preocupación. 

Es cierto, un efecto inmediato será la reducción de las nuevas pensiones en el SPP porque este es un sistema de capitalización individual, donde cada uno baila con su pañuelo, y por tanto la pensión recibida depende directamente del fondo acumulado de forma individual. Este fondo se divide sobre una variable llamada el precio de la anualidad (o también CRU por capital requerido unitario). Este precio aumenta si la longevidad es mayor o la tasa de interés ofrecida por la firma de seguros es menor. De ahí que las pensiones del SPP sufrirán una reducción debido al aumento de la longevidad de sus afiliados.

En los medios de prensa he leído varios malentendidos o “expertos” hablando cosas raras. Hasta el presidente del Banco Central se animó a mencionar algunas inexactitudes. Hay que tener cuidado con las comparaciones. Lo primero es que en el actual contexto de la discusión de las tablas, se está usando la expectativa de vida medida a los 65 años, y no al nacer. Luego, la población para quien fue construida la nueva tabla es muy especial y para nada es representativa del Perú. Es la población de afiliados del SPP, quienes concentran mayor riqueza, tienen condiciones laborales más estables y mayor nivel de educación, todo lo cual está directamente relacionado con mejor salud y por tanto con mayor longevidad.

Según las tablas de vida del INEI, la esperanza de vida es actualmente 82 y 84 años para un hombre y una mujer peruana de 65 años, respectivamente. Estas cifras son calculadas para el peruano promedio, es decir se incluye a los afiliados del SPP y a todos aquellos que no están afiliados ahí. Las tablas de vida del SPP y el INEI representan dos poblaciones muy distintas. Si estas tablas están bien hechas, entonces estamos siendo testigos de un hecho aterrador y poco analizado: una gran desigualdad en la sobrevivencia según nivel socio-económico. Según estas cifras, los afiliados del SPP podrían estar viviendo alrededor de 7 años más que el resto de los peruanos.