Un nuevo sistema de pensiones para Perú
Desde hace años estudio y propongo cambios en el sistema de pensiones peruano. Siempre he promovido tener un sistema único y mixto, es decir uniendo el SPP, SNP y Pensión 65 donde podamos recuperar los mecanismos de solidaridad propios de un sistema de pensiones. En esto, es importante aceptar el rol distributivo de un componente de reparto (el SNP), la asistencia social (Pensión 65) y el de incentivos al ahorro (el SPP). Sin embargo, diversos cambios de los últimos años han roto el objetivo previsional de los ahorros del SPP (por ejemplo, retirar el 95.5% del fondo) mientras que las pensiones del SNP han sufrido el olvido de varios gobiernos y han perdido valor en el tiempo.
En mis estudios (2010, 2016a, 2016b) siempre he mostrado diversos escenarios para un sistema mixto, desde considerar un rol importante al ahorro individual hasta un rol muy pequeño, e incluso he considerado las situaciones extremas de un sistema puro de reparto o uno puro de capitalización individual. La idea es que elijamos el grado de solidaridad que queremos tener en el sistema sin dejar de tomar en cuenta la sostenibilidad fiscal. En un sistema de pensiones, la solidaridad va de ricos hacia pobres, de sanos hacia enfermos, de jóvenes hacia mayores y de empleados a desocupados. Esto no sucede actualmente.
La actual pandemia ha resaltado, aún más, la incoherencia de nuestro sistema de pensiones, o de lo que queda de él. Los fondos de pensiones son para generar pensiones y cubrir los gastos durante nuestra vejez. Permitir el retiro de un poco de liquidez de los fondos en las circumstancias actuales es un hecho consumado, pero no hay que olvidar que esta medida sigue siendo del tipo “cada uno baila con su pañuelo”. En todo caso, este retiro y el (aún posible) del 95.5% en la jubilación hace difícil que la reforma del sistema de pensiones no incluya algún tipo de opción que dé liquidez al afiliado. Esta preferencia por liquidez “legalizada”, conjuntamente con la resistencia de las AFP y sus grupos económicos a cambiar, implica nuevas consideraciones que me hacen replantear una reforma de pensiones.
Aquí abajo delineo como podría ser este sistema, no tengo micro-data actualizada, por lo que los valores expresados son referenciales, lo importante es el diseño. Y en todo caso, cifras oficiales de la SBS, ONP y MEF podrán permitir encontrar los valores ideales de los parámetros y hacer simulaciones.
La reforma:
1. Unir los sistemas de pensiones: SPP + SNP + otros.
2. Pensión universal: S/. 150 mes. Esto eleva el monto de Pensión 65 de S/.125 a S/.150, y se da a todos los peruanos mayores de 65 años (con residencia >40 años).
3. Tasa de aporte mensual 12% del salario del trabajador, más 2% de aporte del empleador. El 12% va al pilar de reparto, mientras que el 2% va a una cuenta de capitalización (la actual CIC para los afiliados del SPP, y se abre una nueva para los del SNP).
4. El pilar de reparto ofrece una pensión mínima de S/. 750 y máxima de S/. 1,500, montos que ya están incluyendo la pensión universal. Las pensiones mínima y máxima actuales del SNP son S/. 583 y S/. 1,042.
5. El pilar de reparto es el más importante y permite la solidaridad en el sistema, las pensiones se calculan con las reglas y parámetros de los sistemas de reparto: la pensión es igual al 35% del promedio de todos los salarios por los primeros 20 años de aporte. El porcentaje sube 1.5% por cada año adicional contribuido.
6. La transición: el 50% del fondo de pensiones actual de los afiliados es transferido al nuevo sistema para ayudar a financiar el pilar de reparto y el pilar de pensión universal. Por este 50%, al afiliado se le reconoce la mitad de los años contribuidos en el SPP para que se tomen en cuenta en el cálculo de la pensión del pilar de reparto.
7. Para el otro 50% del fondo de pensiones, los afiliados tienen dos opciones: a) lo mantienen en sus CIC y lo pueden retirar cuando se jubilen; o b) transfieren la mitad al pilar de reparto para que les reconozcan la totalidad de sus anos contribuidos en el SPP. Es decir, en cualquiera de las opciones, el afiliado podrá mantener el 25% o el 50% de sus fondos de pensiones en sus propias cuentas, mientras que el resto lo usará para “comprar” años de contribución. La opción default de la elección debiera ser entregar 75% de la CIC al pilar de reparto.
Mas consideraciones:
La racionalidad de la transición es que los afiliados del SPP deben pagar, tal como lo han hecho los del SNP, para que se les reconozcan sus años de contribución. Es decir, es la misma lógica de los bonos de reconocimiento cuando los individuos se traspasaron del SNP (con sus aportes) al SPP. Dejar una parte de los fondos de pensiones en las CIC de los afiliados del SPP les ayudará a tener liquidez al momento de jubilarse, bien podrían comprar una renta vitalicia o invertir el dinero como les parezca.
Las CIC se alimentarán con el 2% de la contribución de los empleadores, por lo que el crecimiento de los fondos será lento. Se pueden dar ventajas tributarias para incentivar el ahorro voluntario.
Las AFP solo se encargarán de administrar lo fondos, por lo que los costos operativos de estas firmas serian significativamente menores y por tanto habría menos barreras a la entada de nuevas instituciones, incluso se podría abrir el mercado de la administración de fondos a otras instituciones financieras. Todo esto haría que los costos de administración bajen considerablemente y que las comisiones sean mucho menores.
Con este nuevo diseño se soluciona el problema de los afiliados al SNP que no reciben pensión porque que no llegaron a los 20 años para reclamar una pensión. Con esta reforma estarían recibiendo al menos una pensión universal y el saldo que logren acumular en sus nuevas CIC.
02 Mayo 2020
Javier Olivera Angulo
Profesor principal del departamento de economía, Pontificia Universidad Católica del Perú, e investigador de Luxembourg Institute of Socio-Economic Research
e-mail: olivera.j@pucp.edu.pe javierolive@gmail.com
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